domingo, 28 de abril de 2013

Mirando por la salud: Pan de trigo y semillas de lino

¡Y  sigue lloviendo!
Hace ya casi tres horas que estoy en danza y todavía no he conseguido acabar esta entrada (con el consiguiente retraso en mi día de estudio :-)), pero es que sigue lloviendo y lo que más apetece es tomarse un buen tazón de cualquier té aromático y spicy, mientras me hacen compañía las dos reinas de la casa (… me está entrando complejo de almohada…, seguro que los que tengáis mascotas me entendéis perfectamente :-)).
Ha sido una semana un poco larga, para qué voy a mentiros. Caótica y compleja, pero la buena noticia es que al final todo salió bien y, creedme, no fue fácil… Y a mi horribilis semana también se ha unido un tiempo un tanto atormentado. La lluvia y el fresquito han vuelto a acompañarnos durante estos días, así que empiezo a notar cómo un resfriado me sigue de cerca… por ahora parece que le estoy dando esquinazo, pero ya veremos si consigo escaparme o la semana que viene vengo acompañada de un paquete de pañuelos y una nariz bien roja.
La parte positiva de estos días lluviosos y oscuros es que apetece una barbaridad quedarse en casa y poner el horno en marcha. En el estudio tengo un sinfín de libros de cocina, algunos de los cuales parece como si tan solo los tuviese para alegrarme la vista, ya que no logro animarme nunca a probar las recetas. Ese era el caso (fijaros que ya hablo en pasado!!) del libro de Dan Lepart Hecho a mano. Sí, ya sé que es un sacrilegio pero aunque hace ya más de dos años que lo tenía en casa, y aunque me lo he mirado y remirado infinidad de veces, nunca me había puesto con ninguna de sus recetas. Pero ayer llegó el momento. Volví  a repasar una a una sus recetas y todas ellas me parecieron realmente interesantes. La cuestión era con cuál empezar… Después de darle unas cuantas vueltas me decidí por uno que seguro que tenía que salir bien. Por suerte no me decepcionó y ahora podemos disfrutar de unas riquísimas rebanadas de pan de lino y trigo.
Me encantan las semillas de lino. Es un alimento que todo el mundo debería introducir en su alimentación de forma regular. Es un potente anticancerígeno. Asimismo nos ayuda a regular la presión y la función arterial. También resulta muy beneficioso gracias a la gran cantidad de fibra dietética que posee y gracias al hecho de que es la fuente vegetal más rica en ácidos grasos Omega 3. ¿Os animáis a probarlas? Aquí os dejo la receta para que no tengáis excusa:
Pan de lino y trigo (receta del libro Hecho a mano de Dan Lepard)



Ingredientes:
150 gr  harina de fuerza
100 gr harina integral
¾ cucharadita (tsp) sal marina fina
100 gr semillas de lino marrón
2 cucharaditas de polvo de malta molida
150 gr agua a 20°C (en mi caso, le añadí más agua, ya que mi harina de fuerza absorbe bastante)
1 cucharadita (tsp) de levadura fresca desmenuzada
Elaboración:
Cogemos un bol grande y mezclamos las dos harinas, la sal, las semillas de lino y la malta molida. Por otro lado, desliamos la levadura en el agua. Mezclamos los ingredientes secos con el agua con las manos hasta que se integren completamente los ingredientes y nos quede una masa ligera y pegajosa (si es necesario le añadiremos más agua). Tapamos nuestro bol y dejamos reposar la masa unos 10 minutos.
Pasado este tiempo volcaremos nuestra masa sobre la superficie de trabajo ligeramente engrasada con un poco de aceite. Amasaremos 10 segundos y le daremos forma de bola. Lavamos y secamos el bol y lo engrasamos ligeramente. Metemos nuestra masa en él y la dejamos reposar unos 10 minutos tapada. Pasado este tiempo volvemos a sacarla del bol, la amasamos un poco más y le volvemos a dar forma de bola. Es momento de dejarla reposar en el bol, tapada, durante aproximadamente una hora en un sitio templado (21-25°C).
Cuando la masa ya esté lista la pasaremos a nuestra superficie de trabajo muy ligeramente enharinada y la dividiremos en dos partes. A cada una de las partes le daremos forma de bâtard y las dejaremos reposar tapadas sobre la mesa durante unos 10 minutos. Pasado el reposo las estiraremos un poco más haciéndolas rodar un poco más, hasta que nos queden con la forma de una barra. Ahora ya podemos pasarlas a una bandeja ligeramente enharinada, taparlas con un paño y dejar que fermenten hasta que prácticamente hayan doblado su volumen.
Mientras van fermentando ya podemos ir precalentando nuestro horno a 210°C. 
Cuando nuestras barras ya estén a punto tan solo nos quedará pincelarlas con un poco de agua y meterlas al horno. Las hornearemos unos 25 minutos y después bajaremos la temperatura a 190°C y las seguiremos horneando unos 20 minutos más, hasta que cojan un bonito color dorado. Ahora ya solo tendremos que dejarlas enfriar sobre una rejilla antes de poder hincarles el diente. El resultado es un pan muy saludable ideal para comer en rebanadas en el desayuno. Como sucede con todos los panes ricos en semillas, lo ideal es comer un par de rebanadas a diario, más que comérnoslo como bocadillo. Es decir, mejor un poco a menudo que todo de una sentada :-)! Aquí os dejo mis rebanadas:





Et c’est tout! Ah, y además también podéis cortarlo y congelarlo, de manera que por las mañanas solo tengáis que meter un par de rebanadas en el tostador para volver a disfrutar de la misma textura que el día de horneado. ¿Os animáis?



Enviada a YeastSpotting

lunes, 22 de abril de 2013

Bake the World: Bagels!!


Este mes la propuesta de Bake the World me ha venido como anillo al dedo, ya que de hecho, mi sister me había pedido que se los preparase un día… Bagels!! Parece mentira, pero nunca me había animado con ellos, así que han sido todo un descubrimiento.

Mirad si nos han gustado que ya he repetido dos veces la receta :-). En la primera desaparecieron en un brunch dominical antes de poder echarles una foto, así que he tenido que volver a hacerlos, pero esta vez he conseguido salvar dos antes de que fuesen devorados. 

Los bagels son unos panecillos típicos de Nueva York que ya han logrado conquistar prácticamente a toda América. En realidad, sin embargo, nacieron en el sur de Alemania. Desde allí emigraron  y se convirtieron en un pan popular diario que ofrecían los vendedores callejeros.

Su textura esponjosa y su corteza brillante resultan de hervir ligeramente estos anillos de pan justo antes de ser horneados. Aquí os dejo la receta por si os animáis a probarlos:




Ingredientes (para 12 bagels; receta del libro Pan de Linda Collister)

500 gr harina de fuerza
2 cucharaditas sal marina
15 gr levadura fresca
250 gr agua tibia (en mi caso necesité unos 10 gr más)
2 cucharaditas de extracto de malta
1 huevo M (en mi caso L)
2 cucharaditas de aceite de oliva virgen extra

Para acabar

1 cucharada de extracto de malta, para escalfar
Huevo batido con 1 cucharada de agua para glasear
Semillas variadas (sésamo, lino, amapola...)

Elaboración

Mezclamos en un bol grande la harina y la sal. En otro bol pequeño desmenuzamos la levadura fresca y la mezclamos con el agua tibia. Luego añadimos el extracto de malta. Removemos hasta que la levadura esté totalmente desleída. 

Vertemos esta mezcla en la harina junto con el huevo batido y el aceite. Mezclamos bien con la mano. Si vemos que la masa está un poco dura le añadiremos un poco de agua. La dejamos reposar cinco minutos. Pasado este tiempo la volcamos sobre nuestra superficie de trabajo (en mi caso sin enharinar) y la amasamos durante unos buenos 10 minutos hasta que nos quede homogénea y elástica. Cuando ya tenga la textura correcta la pasamos a un bol grande limpio debidamente engrasado y la tapamos con un plástico y un trapo para que descanse durante aproximadamente 1h-1h 30' (hasta que haya doblado su volumen).

Cuando ya haya levado la aplastaremos con los nudillos para desgasificarla y la volcaremos sobre nuestra superficie de trabajo (esta vez sí, ligeramente enharinada). La dividiremos en 12 porciones de unos 70-75 gr aproximadamente. Formaremos bolas y las dejaremos descansar 5 minutos tapadas con un paño seco. 

Tras estos 5 minutos aplanaremos las bolas ligeramente con las yemas de los dedos  e iremos haciendo un agujero en cada uno de ellos (introduciendo nuestro dedo índice enharinado y haciendo rotar la masa para agrandar el agujero). Hemos de tener en cuenta que el agujero se encogerá durante la cocción, así que intentaremos no hacerlos muy pequeños. 

Ya podemos ir precalentando nuestro horno a 200C. 

Cuando ya los tengamos todos los dejaremos reposar otros 15 minutos sobre una bandeja cubiertos con un paño seco. Mientras tanto pondremos una olla con agua y una cucharada de extracto de malta a hervir. Cuando los bagels ya hayan descansado sus 15 minutos los iremos pasando por el agua hirviendo de uno en uno (30 segundos por lado). Los retiraremos con la ayuda de una espumadera y los colocaremos sobre la placa del horno forrada con papel de hornear.

Cuando ya estén todos escalfados los pintaremos con el huevo batido con agua y los espolvorearemos con las semillas que más nos gusten. Ya solo nos queda hornearlos durante unos 20-25 minutos. Una vez doraditos los dejaremos enfriar sobre una rejilla. Se enfrían muy rápidamente así que el suplicio no durará mucho :-). 

Con queso crema, con salmón, con pavo braseado... ains... creo que pegan con todo. Os animáis a probarlos? Este es el resultado:





Et c’est tout!!! 

Enviada a YeastSpotting

domingo, 14 de abril de 2013

Un imprevisto: Galletas de coco y chocolate

(Scroll down for recipe in English)
Por fin lo he conseguido… ¡he acabado con mis muelas del juicio! Sí, ya sé que suena raro, pero es que mis muelas del juicio consideraron muy interesante el empezar a dar guerra prácticamente cuando llegué a la treintena. El año pasado di un salto mortal (como mínimo hemos de considerarlo así, si tenemos en cuenta el pánico que me produce el dentista) y me saqué dos de golpe, así que ya solo me quedaba una (la otra fue la única que me saqué durante los veinte) y el día elegido fue el viernes pasado. 

Siempre he considerado que hay cosas que mejor hacer en viernes, y ahora es cuando me diréis, “pero así te fastidias el fin de semana” y tal vez tengáis razón, pero para mí es mucho más fastidioso el tener que ir al despacho con la cara inflada como una patata, así que prefiero tener un par de días para enfriarme las mejillas con unos cuantos guisantes si es necesario. La buena noticia es que solo precisé de tan estimable ayuda el mismo viernes al volver del dentista, pero por lo demás ha sido realmente todo muy bien. Ni paracetamol me he tomado. Ay, ¡qué bien! (con suspiro de alivio incluido).
En cualquier caso, ¿qué es lo que pasa cuando alguien tiene que quedarse en casa convaleciente? Pues que siempre viene alguien para hacerte compañía (a mi media naranja le ha tocado trabajar…). Así que sí, yo sin poderme comer ni una tostadita por las mañanas, pero horneando para las visitas unas galletitas de chocolate y coco… ¿qué se le va a hacer?  Me encanta poder ofrecer algo con la taza de café. Y como estamos hablando de algo totalmente imprevisto tenían que cumplir con una característica esencial: estar listas en menos de 30 minutos. Sí, sí, como lo oís. Son unas galletas realmente ricas, con un suave sabor a coco y pequeños trozos de chocolate… ummmmm! Una tentación a la que no podréis resistiros. A mí me gusta hacerlas pequeñitas para poder ir picando cuando andamos por la cocina. Aquí os dejo la receta por si queréis animaros.
Galletas con chocolate y coco (para unas 40-50 galletas; receta del libro Chocolate de Donna Hay)


Ingredientes
125 gr mantequilla, en pomada
½ cucharadita (tsp) de extracto de vainilla
175 gr azúcar moreno
2 huevos
300 gr harina de todo uso, tamizada
1 cucharadita (tsp) de impulsor (baking powder)
75 gr coco desecado rallado
185 gr pepitas de chocolate (con leche o negro; en mi caso, negro). Si no tienes pepitas puedes coger chocolate y romperlo en trocitos pequeños.
Elaboración
Esto va a ser un visto y no visto, así que lo primero que tenemos que hacer es precalentar nuestro horno a 190 °C.
Batimos la mantequilla, la vainilla y el azúcar hasta que nos quede cremoso. Añadimos los huevos y seguimos batiendo. Cuando estén bien integrados añadimos la harina, el impulsor, el coco y las pepitas de chocolate (o los trocitos).
Cogemos una bandeja y la forramos con papel de hornear. Con la ayuda de una cucharita de postre vamos cogiendo la misma cantidad de masa y vamos formando bolitas. Las colocaremos separadas entre sí y las aplanaremos con la ayuda de las yemas de los dedos.
Ya solo nos queda hornear nuestra masa unos 10-12 minutos o hasta que estén doraditas. Si las prefieres más grandes, utiliza como medida una cuchara normal (tbsp) y te saldrán unas 35-30 aproximadamente. Tú decides! Déjalas enfriar sobre una rejilla antes de meterlas en un recipiente hermético. Aquí tenéis el resultado:



Et c’est tout! Hoy sí que ha sido rápido ¿verdad? Espero que os animéis porque os aseguro que le alegran la tarde (o la mañana) a cualquiera.



Chocolate chip cookies (recipe from Donna Hay’s book Chocolate)
Ingredients
125g butter, softened
½ teaspoon vanilla extract
175g brown sugar
2 eggs
300g plain (all purpose) flour, sifted
1 teaspoon baking powder
75 g desiccated coconut
185g milk or dark chocolate, broken into small chunks
Method
First of all, preheat the oven to 190°C.
Place the butter, vanilla and sugar in a bowl and beat until creamy. Beat in the eggs.
Stir through the flour (sifted), baking powder, coconut and chocolate.
Roll teaspoons (or tablespoons) of the mixture into balls. Place on baking trays lined with non-stick baking paper, allowing room for the cookies to spread, and flatten slightly.
Bake for 10-12 minutes or until lightly browned and cool on trays.

domingo, 7 de abril de 2013

Pan de pasas y nueces de macadamia

Sí, sí, sí, aprobé mis parciales, ¡los dos! Y logré llegar a tiempo para entregar mis prácticas. Definitivamente ha sido una  Semana Santa muy productiva. La parte menos positiva es que en quince días vuelvo a tener parciales y… que en diez tengo que entregar dos nuevas prácticas, pero ya me preocuparé de eso en otro momento, hoy todavía no. Porque todavía hace una tarde espléndida, porque todavía tengo tiempo para acurrucarme un rato en el sofá delante de una buena peli antes de ponerme a entrenar… en definitiva, porque todavía es domingo y pienso acabar de disfrutarlo :-).
Ayer nos pasamos el día de arriba abajo, pero hoy no, hoy tocaba preparar algo para compartir con vosotros y con los míos. Algo que poder ofrecer a mi media naranja cuando apareciese por la puerta después de participar en la carrera más concurrida de toda Europa (:-p).
Lo de elegir la receta a hacer es siempre la parte más divertida, ¿no os parece? Normalmente me gusta pajarear un rato por la blogesfera para ver las maravillas que cuelga la gente, después me vuelvo a mis libros para ojearlos un rato y por último me acerco a mi despensa a ver qué me inspira. Pero, para seros sincera, lo que más peso ha tenido esta vez en mi elección no han sido las mil tentaciones fáciles de encontrar, sino un tremendo excedente de pasas que había en uno de mis armarios. Sí, ya sé que no suena tan glamuroso como el inventarme que tuve un flechazo nada más ver una receta en algún sitio, pero es la pura realidad. ¿Qué aparece si sumamos una ingente cantidad de pasas con unas fantásticas nueces de macadamia? Un estupendo pan de pasas y nueces de macadamia típico de Australia. Teóricamente este pan tendríamos que prepararlo con pasas lexía, unas pasas australianas muy grandes, jugosas y rollizas, pero como os podéis imaginar las mías eran pasas de lo más comunes… aun así el resultado es realmente recomendable. Aquí os dejo la receta.
Ingredientes para un pan mediano (receta del libro Pan de Linda Collister)
450 gr harina de fuerza
1 cucharadita (tsp) sal marina
50 gr azúcar de caña dorado
75 gr mantequilla, en dados
125 gr leche tibia mezclada con 125 gr de agua tibia (en mi caso, tuve que ponerle más líquido, ya que mi harina de fuerza admite mucho agua, así que empecé con la cantidad indicada en la receta y luego le puse un poco más a ojo)
15 gr levadura fresca
200 gr pasas, preferiblemente lexía o de Málaga, sin los rabitos (o pasas comunes)
75 gr nueces de macadamia, ligeramente tostadas y groseramente picadas

Elaboración

En un bol grande mezclaremos la harina, la sal y el azúcar. Añadimos la mantequilla en dados y con la ayuda de las yemas de los dedos iremos frotando la mantequilla hasta que la mezcla tenga la consistencia de unas migas.

Desleiremos la levadura en la mezcla de líquidos y lo añadiremos todo en la mezcla de la harina. Debe quedarnos una masa de consistencia blanda y ligeramente pegajosa. Una  vez tenga esta consistencia la pasaremos a nuestra superficie de trabajo (sin enharinar) y la amasaremos con vigor, valiéndonos del amasado francés, hasta que nos quede una masa firme y muy elástica. Ahora viene el momento más… estresante. Es el momento de añadir las pasas y las nueces de macadamia. Os aviso, no será trabajo fácil el conseguir que todas esas pasas se distribuyan en nuestra masa… pero, don’t panic, con un poco de paciencia lo conseguiremos. Cuando nuestra masa ya esté lista es hora de pasarla a un bol limpio ligeramente engrasado, y de dejarla reposar cubierta con un plástico y un trapo en un lugar cálido libre de corrientes, durante una hora aproximadamente, o hasta que haya doblado su volumen.

Pasado ese tiempo volcaremos nuestra masa con la ayuda de una rasqueta sobre nuestra superficie de trabajo, esta vez sí, ligeramente enharinada y la aplastaremos ligeramente para desgasificarla. Hecho esto ya solo nos queda formar un cilindro con la masa y meterla dentro de nuestro molde de pan (para unos 450 gr).

Volveremos a tapar nuestra masa con un plástico y un trapito y la dejaremos descansar aproximadamente unos 45 min más (o 1h), hasta que nuevamente haya doblado su volumen

Aprovecha para precalentar el horno a 180°C.

Ha llegado el momento de meter nuestra masa en el horno y de hornearlo durante aproximadamente una hora. Si vemos que coge demasiado color podemos taparlo con un poco de papel de aluminio.  Ahora ya solo nos queda dejarlo enfriar sobre una rejilla. Necesitará un buen rato, así que también podéis prepararlo por la noche para degustarlo en el desayuno del día siguiente. ¡Es una auténtica tentación!

Aquí os dejo el resultado:





Et c’est tout! Si os gusta el pan suave y tierno… definitivamente, tenéis que probarlo!

Enviada a YeastSpotting