sábado, 21 de julio de 2012

Tarta de Melocotones… y empiezan las vacaciones!!

Inicio definitivo de la cuenta atrás. Mi lista de cosas pendientes de hacer antes de mañana por la mañana es interminable, pero aquí me tenéis enganchada al ordenador actualizando el blog…
La verdad es que no tenía planeado subir ninguna entrada este fin de semana… más que nada porque no tengo ni un minuto libre (¡!), pero ha sido una auténtica tentación. Todas las cosas que tenemos que llevarnos están sobre la cama o por las mesitas de noche…, tengo una lavadora puesta y otra esperando su turno… un auténtico territorio comanche… ah, y mi mochila sin hacer (la de mi marido ya está casi lista! Menuda falta de consideración J), pero no he podido evitarlo. 


Hace un par de días me regalaron unos preciosos melocotones de viña y desde que los vi lo tuve claro: Peach Leaf Pie!!! Ya sé que lo de meterse en la cocina con estas calores es una auténtica locura, pero os aseguro que es adictivo. Además, creo que cuando estoy liada haciendo de cocinillas es el único momento en el que consigo desconectar de todo lo demás. Me encanta ponerme de buena mañana acompañada de una buena taza de té y disfrutar del olor que desprende la cocina… Ummmm!
Esta es una receta rica, sin complicaciones y de temporada, así que tenemos un auténtico trío de ases que no deberíamos desaprovechar. Tal vez la conozcáis ya. Es del libro de Martha Day “Baking”. En lugar de hacer una tarta en el molde que nos recomienda de 23cm me decanté por preparar un par de tartaletas más pequeñas y algunas muy pequeñitas a modo de wonderful bites J!




Aquí os dejo la receta.

Ingredientes para el relleno:

1,200 kg melocotones maduros

Zumo de un limón (yo prefiero ponerle el zumo de media naranja)
100gr de azúcar
3 cucharadas (tbsp) de harina de maíz
¼ cucharadita (tsp) de nuez moscada molida
½ cucharadita (tsp) de canela molida
30 gr de mantequilla cortada en dados

Para la masa:
285 gr de harina normal
¾ cucharadita (tsp) de sal
115 gr de mantequilla cortada en dados
60 gr de grasa vegetal fría o manteca, cortada en dados
4-6 cucharadas (tbsp) de agua helada
1 huevo batido mezclado con una cucharada (tbsp) de agua, para el glaseado

Elaboración:
Empezamos con la masa tamizando la harina y la sal en un bol. Añadimos la manteca y la mantequilla cortada en dados y bien frías. Mezclamos con un tenedor o con las puntas de nuestros dedos hasta que nos quede como si fuesen unas migas de pan. Es el momento de ir añadiendo poco a poco el agua helada lo justo para que se ate la masa. Una vez en este punto ya podemos dividir la masa. Si te decides por preparar una sola tarta de 23 cm tendrás que hacer dos partes (una ligeramente más grande que la otra); si al contrario, prefieres hacer dos tartaletas más pequeñas dividirás la masa en cuatro partes (dos ligeramente más grandes que las otras dos). Envuélvelas con papel film y resérvalas como mínimo 20 minutos en la nevera.
Precalienta el horno a 220° C con la bandeja dentro.
Ya nos podemos encargar del relleno. Escalda los melocotones durante unos 20 segundos y pásalos posteriormente a un bol de agua fría. Cuando se hayan enfriado ya puedes pelarlos. Una vez pelados, córtalos en daditos y añádeles el zumo del limón (o de la naranja), el azúcar, la harina de maíz, la nuez moscada y la canela. Resérvalo.
Es hora de sacar la masa de la nevera y de estirarla sobre una superficie ligeramente enharinada. Déjala con un grosor de unos 3mm y ponla sobre el molde que hayas elegido (ligeramente engrasado). Corta la masa sobrante y vuelve a meterla en la nevera. Ya podemos empezar a estirar la otra bola de masa. Esta en cambio la dejaremos de unos 5mm de grosor. Ya puedes ir cortando lo que serán las hojas que cubran nuestra tarta. En mi caso utilicé unos moldes de fondant, pero también podéis cortarlas directamente con un cuchillo utilizando, si lo necesitáis, un modelo.
Ya queda poco! Sacamos nuestro molde (moldes) de la nevera y lo(s) pintamos con el glaseado de huevo. Añadimos la mezcla de los melocotones dejando más altura en el centro de la tarta. Por último, añadiremos la mantequilla en dados por encima de los melocotones. Una vez hecho esto ya podemos ir cubriendo la tarta con las hojas que tenemos preparadas de fuera a dentro formando un primer anillo. Coloca un segundo anillo sobre el que ya teníamos hasta cubrir completamente la tarta. Para acabar ya solo nos quedará pintar la tarta con el glaseado de huevo.
Y ya lo tenemos! Ahora toca meter nuestra tarta(s) en el  horno y dejarla(s) unos 10 minutos. Pasado ese tiempo bajamos un poco la temperatura y seguimos horneando a 180°C 35-40 minutos (si se trata de una sola tarta) o un poco menos si nos hemos decantado por moldes más pequeños.
Espero que os animéis a probarla porque realmente vale la pena! Este es el resultado:


Et c’est tout!! Nos vemos a la vuelta!
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domingo, 15 de julio de 2012

Panecillos de pan blanco con poolish de yogur

Lo reconozco, hoy hemos hecho campana y no hemos salido a caminar, pero tengo una (relativamente) buena excusa... Estoy haciendo acopio de provisiones para las que se avecinan... porque sí, se acercan, se acercan, se acercan... las vacaciones!

¡Por fin! Desde el pasado mes de octubre podríamos decir que he tenido unos meses… intensos y la verdad es que este año sí me apetece olvidarme del ordenador, de los libros… y de la blacky! Este año definitivamente se queda en casa durante mis días de desconexión. Además realmente esta vez no tengo que preocuparme más que por estar bien y disfrutar del paisaje y de la compañía de mi media naranja, porque hasta he encontrado a una magnífica canguro que se instalará en mi casa para cuidarme a las gatas los días que estemos perdidos por el monte J (por cierto, desde aquí: gracias, gracias, gracias!!) Ah, porque no os lo había dicho nunca, pero tenemos la suerte de vivir con dos gatas preciosas y tremendas (más o menos en la misma proporción) que hacen que nuestros días sean mucho más entrañables y divertidos.
Pero bueno, volviendo a mis soñadas vacaciones… prometo traer alguna foto para dejar constancia de por donde pasemos (aunque luego van pasando los días y mis buenas intenciones se quedan en eso, intenciones, ya que cuando paro a descansar, en lugar de ponerme a mirar a través de la cámara, prefiero perderme en mis ensoñaciones mirando al horizonte... y aprovechar para intentar recobrar el aliento J... En cualquier caso, ya os contaré qué tal nos va!
Todo esto para decir que andaré un poco desaparecida durante unos días, pero antes de eso quería traer otra receta de pan. Se trata de una receta del archiconocido libro de Xavier Barriga “Pan”. Son unos panecillos extremadamente fáciles de preparar. Ahora sí, que sí, que no tendréis excusa para no lanzaros a probar esta receta.





Ingredientes para el poolish de yogur:

100 gr de harina de fuerza
100 gr de yogur natural
5 gr de levadura
70 gr de agua

Ingredientes masa (para unos 30 panecillos de 30 gr):

500 gr de harina panificable
10 gr de sal
225 gr de agua
5 gr de levadura fresca
200 gr de poolish de yogur

Elaboración:

Antes de nada toca preparar el poolish de yogur. Es tan sencillo como mezclar el agua y la levadura hasta que esta esté bien disuelta. Añadir el yogur y mezclamos bien. Por último añadiremos la harina y removeremos hasta que no quede ni un grumo. Ahora es momento de dejar reposar la mezcla unas 3 horas tapada a temperatura ambiente. La otra opción es dejarla toda la noche en la nevera para que tenga una fermentación más lenta.

Una vez tengamos el poolish listo (sea cual sea nuestra elección en cuanto a tiempo de fermentación) será el momento de mezclar la harina, la sal, el agua y el poolish (si lo hemos dejado en la nevera toda la noche no hace falta que lo atemperemos, sino que podemos añadirlo directamente a la mezcla). Por último añadiremos a la masa la levadura. Amasa bien y cuando la masa ya esté lista déjala reposar 15 minutos tapada para que no se seque.

Pasados esos 15 minutos ya podemos dividirla. En la receta original nos indica que podemos hacer porciones de masa de unos 30 gr. La verdad es que yo aprovecho para hacer unos panecillos más grandes (de unos 50-60 gr) de manera que sean de la medida perfecta para el desayuno, pero eso ya va a cuestión de gustos. En cualquier caso, una vez tengamos las porciones les daremos forma de bola, bien redonditas y lisas, y las dejaremos fermentar hasta que doblen su volumen, aproximadamente unos 90 minutos, tapadas con un trapo.

Se acerca ya el momento de hornear así que ya podemos ir precalentando el horno a 250 C.

Cuando ya tengamos nuestros panecillos listos y el horno caliente ya podemos pasarlos a la bandeja del horno. Justo antes de hornearlos les haremos un corte con las tijeras ligeramente inclinadas. Después de eso ya solo nos queda mojarlos con un vaporizador de agua y meterlos rápidamente en el horno. De este modo quedarán blanditos por fuera.

Se cuecen muy rápido, tan solo necesitarán unos 12-15 minutos (con vapor). Quedan de un color doratido estupendo. Este es el resultado:






Et c'est tout! Os animáis a probarlos?





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domingo, 8 de julio de 2012

Strudel de albaricoques… y triangulitos de queso y membrillo!!

Menuda sensación esto de levantarse sin que te duela medio cuerpo J. Bueno, para ser verdad… han sido precisos unos minutos de calentamiento para lograr que mi espalda no se quejara del tute de ayer… pero tras esos minutos y después de llevar un ratín en la cocina estoy como nueva.
Para no variar nuestra ya rutinita estival, ayer nos levantamos sobre las 5h para salir a caminar. La ruta elegida esta vez no era nada del otro mundo a nivel paisaje, sino que la elegimos porque tiene un poco de todo, es decir, sendero, camino forestal y asfalto. Las dos primeras horas son las más movidas a nivel físico, aunque no es para asustarse ni muchísimo menos, y las tres restantes… pues un poco más monótonas para qué engañarnos, pero como lo que nos interesaba era empezar a llevar peso en la espalda decidimos que era la mejor opción para no deslomarnos a la primera de cambio. Y la verdad es que estamos muy contentos; las piernas no sufrieron nada y tan solo nos molesta un poco la espalda, pero ni rastro de agujetas!! Oe, oe (y después de 5 horas cargando más de 6 kilos, creedme, es una muy buena noticia J!).
Pero lo mejor llegó por la tarde. Mi sister había confirmado su asistencia a una merienda marujil, así que había que preparar algo diferente y ¿qué mejor que algo de fruta de temporada mezclada con la ligereza de la pasta filo? Cuando estuve viviendo en Austria me enamoré del Apfelstrudel, uno de sus postres por definición. Es increíblemente fácil de hacer y está la mar de rico (gran combinación!), así que siempre era un buen recurso para cuando venía gente a tomar el café a casa. Pero justo la semana pasada estuve echando un vistazo en la web de Heather Christo y me encontré con esta maravillosa idea: Strudel de albaricoques!!


Es impresionante el olor que desprende cuando lo sacas del horno… una auténtica tentación! Mi sister todavía está en estado de shock y ya hemos decidido que es una de esas recetas que deben ser repetidas.
Y con la pasta filo que me sobraba aproveché para preparar en un momento unos triangulitos de queso de cabra curado y membrillo. Se preparan en unos minutos y directos al congelador. Y cuando te apetezca un bocado delicioso tan solo tienes que encender el horno y meterlos durante unos 5-6 minutos, o hasta que te queden doraditos, ummmmm, riquísimos J. Seguro que te suenan del brunch dominical que preparé para el Día de la Madre. También están increíbles rellenos de espinacas con pasas y piñones… pero no tenía espinacas a mano así que esta vez solo los he preparado con la mezcla del queso y el membrillo (que no es poco!).


Aquí os dejo la receta del strudel (de Heather Christo):
Ingredientes
100 gr de mantequilla fundida
8 albaricoques
1 paquete de pasta filo (necesitarás 12 hojas para el strudel)
¼ taza de azúcar
2 cucharas soperas (tsps) de harina
Una pizca de canela
Azúcar glas para decorar

Elaboración
Precalienta el horno a 200°C. Por otro lado funde la mantequilla y resérvala.
Corta los albaricoques en gajos no muy gordos y ponlos en un bol. Añade el azúcar, la harina y la canela. Remueve hasta que los ingredientes estén bien integrados y resérvalos.
Es hora de atacar a la pasta filo. Abre el paquete, estira las hojas de pasta filo y cúbrelas con un plástico y con un paño de cocina para que no se sequen. Empezamos! Coge una de las hojas y ponla sobre la superficie de trabajo. Píntala con mantequilla fundida. Ahora coge dos hojas más y colócalas en dirección opuesta (sobreponiéndolas). Píntalas con la mantequilla. Continua con este proceso de 1 hoja/ dos hojas hasta que hayas puesto un total de 12 hojas de pasta filo. Una vez ya la tenemos preparada es el momento de poner encima la mezcla de los albaricoques, azúcar, harina y canela. Colócalos en línea. Coge la punta de pasta filo, cubre los albaricoques y empieza a enrollar la masa. Deja la junta de pasta filo en la parte de abajo del “cilindro”. Dobla las puntas hacia abajo para que no se nos escape nada J. Pinta generosamente el strudel con la mantequilla.
Es hora de meter el strudel en el horno durante aproximadamente 30 minutos. Cuando esté doradito ya podemos sacarlo del horno y dejarlo enfriar encima de una rejilla.
Cuando esté tibio ya podemos decorarlo con el azúcar glas por encima y empezar a servirlo. Hay quien prefiere tomarlo así, todavía tibio. Otros, en cambio, lo prefieren del todo frío… es cuestión de gustos. En cualquier caso, este es el resultado:



Y con la pasta filo que nos sobre… triangulitos de queso de cabra curado con membrillo! Seguro que los recordáis de la entrada que hice del Día de la Madre, pero por si acaso, aquí os dejo un recordatorio.
Ingredientes:
Hojas de pasta filo
Queso curado de cabra (o el que más os guste. Mi recomendación: que sea un queso curadito)
Membrillo
Aceite de oliva suave

(Misma cantidad de queso y membrillo)

Elaboración:

Cortamos en daditos pequeños el queso y el membrillo y reservamos.
Sobre nuestra zona de trabajo estiraremos una hoja de pasta filo y la pintaremos con aceite de oliva. Pondremos otra hoja y volveremos a pintar. Encima pondremos la tercera y pintamos por última vez. (Podéis hacerlos con 3 o 4 hojas, dependiendo de cuántas os hayan sobrado o de si os gustan con más pasta filo o menos. Es cuestión de ir probando).
Cortamos las hojas de pasta filo con la punta de un cuchillo en cuatro partes. Es hora de formar los triangulitos! Ponemos un poco de la mezcla de queso y membrillo y empezamos a formarlos.
Ir repitiendo el mismo proceso hasta que nos quedemos sin pasta filo J

Lo mejor es que ahora es el momento de decidir si quieres hornearlos, a 220°C unos 5 minutos, o si prefieres meterlos directamente en un tupper y al congelador para cuando surja la oportunidad (o necesidad J!). Os quedarán unos triangulitos doraditos y super crujientes… un bocado de cielo que se prepara en un santiamén! Este es el resultado:

Et c’est tout! Os animáis a probarlo?
Enviada a YeastSpotting

sábado, 7 de julio de 2012

Evento Photo Blog Junio


Llevo toda la semana deseando tener un momento para conectarme y subir esta entrada al blog. Y os estaréis preguntando… y ¿por qué tantas ansias? Pues porque me muero de ganas de dar las gracias por el premio que nos han dado, sí, sí: ¡Premio!
Como sabéis este blog es todavía un pre-bebé por llamarlo de alguna manera, vamos, que está aún en fase embrionaria… pero aun sabiendo que queda mucho por hacer y por aprender, finalmente nos animamos a enviar la fotografía de uno de mis panes al Evento Photoblog de Junio. Este evento es  una iniciativa de Ivana (de My Little Things) y de Cris (de CrazyTeaParty) que consiste en enviar una foto culinaria, publicada durante el mes anterior, a un blog anfitrión. Es una forma de mostrar nuestras creaciones, darnos a conocer y, lo más importante, de aprender nuevas recetas y nuevas perspectivas para nuestras fotos. Se opta al premio en tres categorías: ÑAM, ÑAM (foto más apetecible), Mejor Estilismo y Mejor Fotografía.
Pues bien, este mes la anfitriona ha sido Lara de Bakemania y en esta edición My Own Bakery ha ganado el Premio a Mejor Fotografía por el Pan Challah publicado el pasado 1 de mayo.




¡Muchísimas gracias!

La próxima anfitriona del Evento Photoblog será Nieves, del blog Dulce Pampa. ¿Os animáis a participar?

domingo, 1 de julio de 2012

Crusted Cinnamon Scones!

Y diréis… preparar el 1 de julio unos scones… tal vez no sea lo más típico y menos si son unos fantásticos y olorosos scones de canela… pero aunque tenéis toda la razón, el día ha sido el ideal. Por fin han bajado las temperaturas, se ha puesto a llover esta mañana y todavía sigue; hay poca luz y lo que realmente apetece es ver una película antigua con una buena taza de té. Bueno, excepto l@s comprador@s compulsiv@s que se han lanzado de pleno a las rebajas… pero como ya os podéis imaginar ese no es mi caso. Además, aunque quisiese, no podría porque estoy que me muero de agujetas J.
Mis fines de semana son cualquier cosa menos de descanso últimamente, y para qué negarlo, estoy más que encantada, pero claro, de vez en cuando mi cuerpo serrano me recuerda que no soy una ironwoman y tiene a bien hacerlo haciéndome sufrir unas tremendas agujetas, como es el caso de hoy J.
Ayer tocó hacer una Vía Ferrata por Osona… fue un regalo de cumpleaños a mi media naranja y la verdad es que es una experiencia diferente. La que hicimos nosotros, a nivel físico, no requiere ninguna preparación especial (aunque absténganse adictos al sofá). Tan solo nos encontramos con un par de momentos en los que sí tuvimos que tirar de brazos y fue en esos momentos en los que tuve claro que hoy me iba a doler… y sí, así ha sido J! Pero nada que no se pueda soportar con unos estiramientos... y un poco de paracetamol.
Y diréis ¿qué tienen que ver mis agujetas con los scones? Pues no mucho, la verdad, si no fuese porque son unos bollos deliciosos que se preparan en solo 30 minutos, sin ningún tipo de esfuerzo (cosa que hoy se agradecía). El año pasado estuvimos un mes por Edimburgo y volví enamorada de la ciudad y de sus maravillosos scones. Espero que os animéis a prepararlos porque son indescriptibles para un buen desayuno de domingo!
Ahí va la receta (de Weekend Bakery):
Ingredientes:
225 gr de harina a la que añadiremos 10 gr de impulsor (Levadura Royal)
50 gr de mantequilla sin sal en cubos (bien fría)
25 gr de azúcar
120 gr de leche (o buttermilk)
75 gr de pasas
¼ cucharilla de canela
1 pizca de sal

Para la cortecita de canela:
1 huevo, batido con un poco de agua
30 gr de azúcar
½ cucharadita de canela
Elaboración:
Precalentamos el horno a 210°.
Preparamos lo que después nos dará esa fantástica cortecita de canela mezclando los 30 gr de azúcar con la ½ cucharadita de canela y reservamos. Por otro lado, en un bol pequeño batimos el huevo mezclado con un poco de agua y también reservamos.
En un bol mediano ponemos la harina con la levadura, la pizca de sal, la canela y mezclamos. Una vez mezclados los ingredientes añadimos la mantequilla en cubos bien fría y volvemos a mezclar esta vez con la ayuda de un tenedor o de una chuchara. Nos quedará una mezcla con una consistencia como la de las migas. Es hora de añadir las pasas y el azúcar. Por último añadiremos la leche fría (o la buttermilk) poquito a poco mientras vamos viendo cómo se van integrando los ingredientes. Empezad a mezclarlo con el mango de una cuchara o de un cuchillo hasta que los ingredientes estén prácticamente integrados y después, rápidamente e intentando manipular lo menos posible la masa, formaremos una bola con las manos. Si resultase que la masa fuese muy seca podríamos añadir un poquito más de leche fría.
Estiramos con la ayuda de un rodillo nuestra masa dejando aproximadamente unos 2,5 cm de grosor y ya podemos empezar a cortarla en círculos. Puedes usar un cortador o incluso un vaso presionando, pero sin girarlo. Pásalos a la fuente del horno, que ya tendrás forrada con papel de hornear, y píntalos con el huevo batido. Una vez pintados ya les puedes poner por encima el cinnamon sugar, es decir, la mezcla de azúcar y canela que tenías reservada.

Hornéalos a 210°C durante 15 minutos. Subirán un poquito y se hará una fantástica cortecita en la parte de arriba. Ahora tan solo te queda dejarlos enfriar un poquito sobre una rejilla y servirlos con mantequilla y mermelada o con algo de nata… Aunque para ser del todo sincera a mí me gustan recién hechos (todavía un poco calentitos) y sin nada más por encima… ummmmm, ya por sí solos son un auténtico bocado del cielo J. Y este es el resultado:



Et c’est tout! Espero que os animéis a probarlos.
Enviada a YeastSpotting